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  • Foto del escritorPiel Alterna

Desde Colombia

Texto por Sair García

En la Frontera


“Nuestro único enemigo era el diablo. Del diablo sabíamos todo, sabíamos mas del diablo que de Dios.”

Emma Reyes.


Es menester decir que desde la década del 70´s del siglo pasado, la mujer ha tenido una actuación más preponderante en la escena artística latinoamericana de una sociedad machista y patriarcal hasta los tuétanos. Hoy, su lucha reivindica el lugar que se le ha arrebatado y que, aún, sigue siendo desalentador, si miramos las interminables batallas que se generan a diario en el mundo. Pareciera que los cercos se cierran por parte de un escuadrón masculino, que de acuerdo a sus imposiciones sociales, sigue negandoles las posibilidades que los hombres han gozado a lo largo de la historia.


A partir de las transformaciones que, en este aspecto, han propiciado estos tiempos, las mujeres han adquirido protagonismo, originando cambios a partir del activismo político y cultural en nuestros países latinoamericanos. En Colombia, actualmente, se presenta una problemática social de tamaño imperial por el injusto e irresponsable gobierno de turno, lo que ha propiciado la participación de las mujeres de una manera impetuosa, exigiendo respeto y dignidad enarbolando la bandera del feminismo en una sociedad que las excluye, maltrata y oprime, ubicándose en la, hoy por hoy muy mencionada, primera línea, encabezando movilizaciones y defendiendo a los jóvenes que exigen sus derechos. Ellas siguen siendo símbolo de lucha frente a lo injusto y desafortunado. En el contexto del desplazamiento forzado,1 el proceso de construcción de un nuevo mapa, cuyas convenciones son la autonomía, la identidad, la historia y la autenticidad, se limita. Las rutas que desde un determinado espacio y tiempo habían de transitar la mujer y su familia, en el campo, en la vereda, allá en la finca, en su tierrita, se oscurecen, puesto que son como presas puestas en fuga, dejándoles a elegir solo una opción: "Resistencia o Sumisión". La primera ha de hacerse desde el desprendimiento, habrá esperanza, tristeza, ilusión e incertidumbre; la segunda representa dolor, miedo, resignación, sombra de muerte. La decisión no es fácil, pero no hay salida.


Por esta obligada determinación, se encuentran diseminadas por los pueblos miles de mujeres que, perseguidas por el miedo, la angustia, el cansancio, la depresión, y aferradas a la vida, han sido forzadas al desprendimiento por lo cual han asumido la ruptura marchando y protestando para construir un escenario fértil de ideas y derechos, donde puedan llevar una vida digna, donde su género no les quite privilegios. Si se agrega una nueva fase a las ya conocidas etapas del feminismo a través de la historia, podríamos decir que esta sería la de la exaltación de la diversidad cultural, social, religiosa, racial y sexual, sumándose a los logros ya conocidos históricamente como lo son el derecho al voto, la igualdad sexual y el aborto.


En el arte, aún es bastante notoria la exclusión y la misoginia por parte de museos, galerías y entidades culturales, que tienen como estandarte, exposiciones y colecciones, donde el número de participación femenina es inmensamente reducido, si se tiene en cuenta que las nuevas generaciones de artistas mujeres, son cada vez más amplias. Ante la inminente pero cada vez más reducida brecha entre hombres y mujeres, hay que decir que las posibilidades de participación por parte del movimiento feminista aun no consigue permear del todo las grietas sociales, ya que el machismo y el patriarcado aun rechaza y silencia su lucha, en algunos de nuestros países latinoamericanos. La conclusión no se sigue de la tesis.


Es hora ya de empezar a normalizar la inclusión del trabajo y el accionar de la mujer en nuestras vidas, de reconocer el inmenso valor que tienen en sus obras de arte, de apostar ciegamente como siempre se ha hecho en lo masculino, optando por nuevos gobiernos y direccionamientos, inclusión y respeto por los discursos validados y argumentados en la historia y que tantas vidas han costado.



Sair García.

Artista Plástico

Colombia




Emma Reyes (Bogotá, 1919 – Burdeos, 2003) fue una artista plástica colombiana.


1.Cfr. MARÍN RUEDA, Evangelina y otras. Afectos y efectos de la guerra en la mujer desplazada. Barrancabermeja: Organización Femenina Popular, 2004.


Artista plástico nacido en Barrancabermeja, Colombia, en 1975. Maestro en Bellas Artes de la Universidad Nacional (2001). Ha sido merecedor de múltiples reconocimientos nacionales e internacionales. Sus pinturas han trascendido fronteras, llegando a países tales como Cuba, Rumanía, Corea, Francia, Alemania, entre otros. Si bien su obra toca temas susceptibles en el contexto nacional, García logra abordarlos con sutileza respeto y belleza.


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